En memoria de : Margarita Vallina de Guaty
Febrero-23-1914- Febrero 17- 2006
Un buen ejemplo.
EN ESTOS DÍAS TENGO A MI MADRE MUY PRESENTE Y QUIERO HONRARLA DE NUEVO CON ESTE ARTÍCULO PUBLICADO AQUÍ EN EL AÑO 2010.
Hoy de repente me vino a la mente una vieja imagen: dos niñitas sucias y andrajosas tocando a nuestra puerta en Jaronú, pidiendo limosnas. ¿Por qué me acordé de esto?, es una asociación de ideas. Oigo toser todas las mañanas a un pobre hombre que lava los carros en nuestro residencial y de alguna manera debo hacer algo por él, debo ayudarle, porque aprendí de mis padres, que no se ignora la miseria y la necesidad, se hace algo al respecto.
Las niñas se veían hambrientas, muy sucias, desoladas, en ese momento a mis hermanas y a mí nos pareció que eran unas primitas que habían llegado de visita, y que por algún motivo que desconocíamos eran muy pobres. Fuimos apresuradamente a buscar a mami que se encontraba en la cocina, y la llevamos con nosotras de regreso hasta la puerta de entrada.
Mami tranquilamente mandó pasar a las niñas y le dijo a la madre de ésta, que en esos momentos se asomó (no la habíamos visto), que las recogiera en una hora.
Recuerdo vívidamente como las desnudó, y las metió juntas en el doble lavadero de ropa.
Las bañó, les lavó su mugriento pelo, se lo desenredó, las pasaba de un lavadero a otro, en uno las bañaba, en el otro las enjuagaba. Hubiera sido imposible bañar a estas niñas en la bañadera.
El siguiente paso fue vestirlas y peinarlas, desde la ropa interior, los vestiditos, las medias y los zapatos, con ropita nuestra. Las sentó a la mesa y les dio de comer. Nosotras estábamos fascinadas viendo la transformación de aquellas pequeñas en princesas, era como ver a dos Cenicientas transformarse frente a nuestros ojos.
A la hora señalada llegó la madre a recogerlas, todo era parloteo, las abrazábamos y besábamos, les hicimos prometer que nos vendrían a visitar, eran unas niñas como nosotras, pero que no tenían una casa como la nuestra, ni unos padres que las mimaran, ni todas las cosas que diariamente recibíamos sin pensarlo siquiera…….. Y nos encantaba verlas limpias y felices.
La parte triste fue que esta señora que las acompañaba pidió que le devolvieran la ropa vieja de las niñas, muy sorprendida mami la recogió de la basura y se la entregó. Marcharon, y al llegar a la esquina aún las veíamos, algo inaudito pasó frente a nuestros infantiles ojos. Esa extraña señora les quitó la ropita nueva, las cintas del pelo, los zapatos y medias, y acto seguido las embarró de tierra de cabeza a pies, les puso la ropa vieja, y siguió con ellas su camino para ir a tocar en otra casa. ¿Nosotras?, llorábamos, no entendíamos, mami trató de consolarnos y tomándonos de las manos nos metió a la casa.
Hoy escucho a un pobre hombre que lava los carros en nuestra área, se le ve enfermo en las mañanas, tengo que ayudarle. ¿Lo apreciará?, eso no importa, mi madre me enseñó que se ayuda sin esperar nada.
Te quiero mami,
Maggie