Por visitas a este artículo y en honor de una de nuestras ciudades más bellas, reblogeo este articulo.
Si el mar no existiera, Cienfuegos no sería Cienfuegos. Pero el mar está ahí, haciéndole la corte día y noche, enamorado fiel de la península de Majagua, como un apacible lago enamorado, que al alba y al anochecer suele presentar una magnificencia azul-dorada.
Cienfuegos -antes Jagua- tuvo sus colonizadores españoles y sus fundadores franceses; pero antes acunó en sus aguas mansas a sus aborígenes siboneyes y taínos del antiguo cacicazgo de aquel nombre, en las riberas de esta espléndida bahía de ochenta y ocho kilómetros cuadrados del centro-sur de la isla de Cuba.
POR EL MAR LLEGÓ EL DESARROLLO
Hacia 1494 Cristóbal Colón ofreció a Europa las primeras noticias de la bahía de Jagua, donde se proveyó de agua y leña. En 1509 Sebastián de Ocampo, que bojeó la isla y dio su apellido a un cayo interior de la bahía donde descansó varios meses, informó al rey de España…
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